09 mayo 2012

¿Y qué pasa en Israel? - parte I

Acontecimientos importantes en la política israelí en los últimos días: Benjamín Netaniahu, actual Primer Ministro y líder del partido Likud ha logrado formar el gobierno de coalisión más amplio en la historia del país. Con ésta, su gobierno cuenta con 94 de los 120 asientos del parlamento. Uno dominio total, con una oposición arrinconada y dividida.
El gobierno tiene su base en el Likud, pero ha sumado a los partidos religiosos, tanto ashkenazitas como sefarditas, a los partidos de inmigrantes rusos y ahora, a un Kadima (el partido más votado hace 3 años) liderado por Shaul Mofaz, un ex militar mediocre, pero sagaz en maniobras políticas.

Así, el dominio de la derecha política y del oportunismo no-ideológico es total. El centro es un campo de batalla abandonado. La izquierda es raquítica e inoperante.
Y surgen aquí dos preguntas: 1. ¿Cómo puede suceder esto si hace menos de 1 año el país vió las mayores manifestaciones de la historia en contra de las políticas del gobierno? Y 2. ¿Cómo puede suceder esto 20 años después de un dominio absoluto de la izquierda en la política israelí?

Sin duda ambos fenómenos están relacionados. Partamos respondiendo la segunda pregunta.
Cuando a principios de los 90s, la izquierda gobernó de pared a pared, con un partido Laboral enorme y pujante y un Meretz más grande que nunca (tenía 17 parlamentarios, hoy creo que tiene 2), ambos cometieron errores tácticos tremendos. Errores que explican su situación actual.
Los laboristas olvidaron absolutamente la defensa de la clase media y de los trabajadores, embarcándose en una economía capitalista ‘soft’, abandonaron a los sindicatos, a los empleados, a la gente común y corriente con sus problemas diarios.
Por su parte, Meretz apostó todas sus cartas a la paz con los palestinos, olvidándose que Israel puede lograr el 50% de esa paz, pero que el otro 50% depende de los palestinos, y estos jamás fueron socios serios y creíbles. Aún no lo son.

A los pocos años, el grueso de la población israelí se sentía traicionada por los laboristas y veía como la izquierda seguía hablando de paz con un 'posible socio' que cada día asesinaba más israelíes, cada día te odiaba más y cada día se armaba más para ‘destruirte’.
El único escape político democrátco fue la derecha, la que – por lo menos – ofrecía más realismo con relación al conflicto con los palestinos. La derecha es esos años se vió también apoyada por fuerzas de centro: Ehud Barak, un ex buen militar, pero político mediocre, Tzipi Livni y un legendario patriota, héroe de guerras, como Ariel Sharón, admirado de la gente por su compromiso total con el país, más allá de sus falencias políticas.

Hoy, el partido Laboral trata de revivir banderas de justicia social y defensa de la clase media a manos de Jely Yejimovich, una ex periodista carismática e inteligente. ¿Lo logrará?
Y Meretz lamentablemente se ha disuelto en un mensaje pacifista con el que gran parte del público podría estar de acuerdo... siempre y cuando los palestinos muestren credibilidad en los pasos para conseguir la paz. Por supuesto, los casi mil proyectiles lanzados desde Gaza contra la población civil israelí en los últimos tiempos indican algo muy contrario... fatal para las aspiraciones eleccionarias de la izquierda.

Entonces, una enorme cantidad de gente podrá salir a la calle a decirle al gobierno que sus políticas económicas están erradas, que pasar el mes está muy difícil, que la educación necesita cambios importantes... pero llegado el momento de votar, esa misma gran mayoría votará por los políticos que parecen más realistas, más prácticos, que velarán por los intereses del país en el ámbito mundial y que no serán ‘naive’ ante los diferentes peligros que Israel enfrenta al sur, al norte y desde más allá, Irán.

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